Si estás leyendo este post es porque sabes leer, y si sabes leer, estoy seguro de que sabes escribir. Otra cosa es que sepas “escribir bien”, claro…
Escribir bien no es fácil y no a todo el mundo se le da bien hacerlo, sobre todo si leemos poco y escribimos menos, pero como todo en esta vida, es cuestión de ponerse y aprender. Además, todo depende de lo que pretendas escribir: la lista de la compra o un futuro “best seller”.
Seguramente no seas fotógrafo profesional y puede que ni siquiera aficionado, pero seguro que cuando vas de viaje o a algún evento importante sacas tu móvil y haces fotografías ¿verdad? Puede que normalmente no hagas buenas fotografías, pero si te preocupas de aprender algo sobre el encuadre, la luz, la composición… posiblemente las próximas fotografías que hagas mejorarán. Pues con escribir pasa lo mismo.
Para escribir los textos de tu página web, un post en tu blog o algo relevante en tus redes sociales acerca de tu empresa, tu marca y/o tus servicios, no es necesario que seas un redactor profesional (los cada vez más conocidos “copys”: redactores publicitarios profesionales, creadores de contenidos…), pero tampoco vale todo.
Una correcta ortografía y gramática es imprescindible y puede ayudarnos con ellas el corrector de nuestro editor de textos, mas no son suficiente: la coherencia, cohesión, estructura, el sentido del texto y lograr transmitir las ideas que pretendemos lo más correctamente posible son aspectos fundamentales a tener muy en cuenta.
Otro factor importante es el estilo a usar, es decir, saber adaptarnos a nuestro público objetivo (nuestra audiencia deseada) para hablarles “en su mismo lenguaje”: la mejor forma de ser comprendidos.
¿Cómo son tus relaciones textuales? ¿Te atreves a contárnoslas?